Compartir parte de una gira nacional con una de tus bandas favoritas, conviviendo y empapándote de todas las conversaciones, las emociones a flor de piel, los repasos del setlist, las letras, los ensayos previos… en uno de los momentos más importantes para ellos hasta la fecha… sí, es realmente el mayor sueño de cualquier «groupie». Y esto fue lo que me ocurrió con los chicos de Corrosive, banda de Navarra con marcadas influencias del hardcore y metalcore, el pasado mes de febrero tras acompañarles durante tres días en el que fue el concierto de despedida de Dawn Of The Maya, que cierran su gira por España y anuncian su cese en el panorama musical, tras diez años y cuatro discos a sus espaldas. Despedida por supuesto emotiva, ya que era su último concierto en casa, y que a su vez servía como reafirmación y paso de relevo de bandas de menor recorrido, como es el caso de Corrosive, que también han sido producidos por Alex Kappa en The Metal Factory Studios.

https://twitter.com/CRRV_Official/status/948270807595323392

Ahora, después de toda la experiencia, lo comprendo todo. A Corrosive le espera una gira en la que demostrarán como la confianza que Dawn Of The Maya ha depositado en ellos para aquel importante concierto en la Sala Zentral, no ha sido depositada en vano. Pero vamos por partes.

Llegué a la estación de Pamplona un viernes noche, Coper (el cantante) pasó a recogerme. Estuvimos hablando para ponernos al día, mientras en el coche sonaban temas del último álbum de Lionheart. Ya en la casa me reencontré con todos ellos, bueno, con Quijera, guitarrista, no, que estaba en Inglaterra y sí, en el ambiente ya circulaba una sensación de concentración y atención puesta en el concierto del día siguiente… a pesar de que Jona, batería, pasara gran parte de la noche viendo vídeos de caídas graciosas y haciendo stories de Unai (bajista) o como muchos decimos, bullying y que por cierto, deberíais seguir a través de Instagram porque merecen la pena. No sé si es ingenuo fortuito o pura tontería pero Muchachada Nui estarían muy orgullosos de estos dos colegas.

Fotografía por Asolazorri

Bueno, ya llega el sábado… después de desayunar, se hizo una pequeña reunión de grupo: Quijera no está y alguien tiene que hacer los coros, ninguno se ofrece y al final deciden que sea Unai quien ayude a Coper a cantar.

«No os pongáis de espaldas y tened en cuenta que nos van a fotografiar»

Coper necesitaba tener todo perfectamente claro por parte del equipo, al que hacía un recap sobre correcciones, movimientos, orden de las canciones… mientras bebía una infusión con miel para cuidarse la voz horas antes de salir, preocupado porque días atrás su profesor de canto había notado gastada sus cuerdas. Realmente tanto él como su hermano, que también forma parte de la banda, son la cara más seria del grupo, la de la gestión y liderazgo, al menos visto desde el exterior. El cantante fue a repasar un tema que debía cantar con Igor (Dawn Of The Maya) pero se le notaba bastante preocupado… tenían problemas.

El guitarrista que iba a sustituir a Quijera llevaba dos días sin dar señales de vida.

Iban pasando las horas, se iban organizando las cajas de merch, el equipo… era la una de la tarde y a las 15:30hrs tenían que estar con todo en la sala. Mientras pasaba todo esto, los nervios de subir al escenario ante tanto público iban colmando a Jona a quien más se le notaba, diciendo para sí mismo lo importante que era este momento para todos ellos. Y así era, pero es que se acumulaba esto con la conversación sobre qué hacer si el guitarrista que sustituía a Quijera no aparecía.

Jona y Unai se encargaron de hacer la comida. La verdad es que desconocía este recurso, que yo llamaría de estudiante universitario en el que mezclaron Yakisoba de sobre con pollo a tiras y fritura de verduras cocinadas al momento, pero debo decir que estaba realmente increíble.

Justo antes de salir hacia la sala, se logró contactar con el guitarra… estaban salvados.

Nos despedimos hasta la hora del concierto y me fui a dar una vuelta por Pamplona. A pesar de ser pronto había bastante ambiente porque jugaba el Osasuna… estuve hablando con Alba, pareja de Eneko (bajista de DOTM) para quedar con ella y Borja, ex bajista de Biluzik para ir al concierto, y decidimos vernos en la sala.

Ya allí me encontré con la banda y también con Pablo Rousselon, que actualmente tiene un nuevo proyecto, Hey! Bastian junto con Eneko (DOTM) y Javitxu, evolución de Dreaming For A Day y que iba a ser el técnico de Corrosive en esta ocasión especial.

Después de abrir los Chotakabra con temas propios y alguna versión de Terror y Madball, les siguió Corrosive… increíbles. La verdad es que la sala Zentral siempre ha tenido un sonido que es difícil de comparar con otras salas del panorama nacional pero en esta ocasión era pura magia. La escenificación de todo lo que iba sucediendo con cada canción, era casi como la pura posesión de la propia banda, con una intensidad impactante y unos Beatdown muy potentes… profundidad y complejidad en las canciones que eran plasmadas en gritos y saltos y en el público, que llenó la sala con unas 400 personas, entregadas a aquel ritual.

El ambiente ya se había caldeado cuando acabaron (espero que satisfechos) el concierto, para dar paso a los esperados Dawn Of The Maya, que hicieron un guiño a Corrosive tras invitar a Coper a cantar una de las canciones de la banda y que, además, apoyaron ya que Igor (cantante) llevaba una de las camisetas de sus teloneros, de Corrosive (y que ha seguido portando en el resto de la gira, como demostró en el pasado concierto en la CoolStage de Madrid).

Ya después, salimos todos por los locales de Pamplona a celebrar además el cumpleaños de Marcos, batería de DOTM, y así cerramos el día, casi como quien despierta de un sueño.

Y es que aquel fin de semana se quedará grabado en mi retina para siempre. Recuerdo que siempre quise tener una banda y que de hecho tuve varios intentos frustrados… y eso que yo era la más comprometida. Pero ahora les veo a todos ellos y me doy cuenta de que lo mío era un juego de niños. El compromiso de estas bandas y el sacrificio por aquello que hacen, que es su pasión, es realmente digno de admirar.

Puede que salgan de fiesta tras un concierto increíble pero esta muy alejado realmente de lo que muchos consideran una vida de rockstar

cuidarse días antes y entrenarse para tocar, jornadas completas de trabajo en sala y viajes para grabar, sesiones de foto y estudio… y que no puedan vivir de ello exclusivamente. Qué poco valoramos todo el trabajo que hay detrás de estas bandas, de verdad. Yo sólo puedo estar agradecida, de conocerles, de invitarme a pasar aquellos días, de la experiencia y del aprendizaje que me he llevado después de haber convivido tres días en los que me demostraron lo realmente increíbles que son tanto en la música como fuera de ella.

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