Hablamos con Fermín Bouza en una extensa entrevista a cerca del nuevo trabajo de Correos.
«Terapia, terapia» era la excusa perfecta para entablar una interesante conversación a cerca de su nuevo álbum y otras muchas opiniones personales sobre la industria de la música en España.
Fermín Bouza, vocalista y guitarra de Correos, no duda en citarse con nosotros para hablarnos sobre la evolución de su banda hasta este, su «Terapia, terapia», último álbum con el que se muestran al desnudo, tal y como son, siendo una declaración de intenciones hacia su público y mostrando que éste álbum es un cara a cara, es lo que todos encontraremos, real, en sus conciertos.
Pero es cierto, queríamos ir más allá. Y aprovechando la oportunidad de poder hablar con uno de los integrantes de la banda en persona, no dudamos en preguntarle, ya no sobre su evolución, o su último LP, sino también sobre todo lo que engloba la industria de la música: ¿ha cambiado la manera en que consumimos música?, ¿son las plataformas como YouTube un filo de doble cara?, ¿qué se esconde detrás de los grandes festivales?… y lo que es «más importante» ¡¿qué está pasando con los Arctic Monkeys?!.
Es la última entrevista de la tarde. Correos nos espera… y comenzamos a preguntar:
Ha pasado mucho tiempo hasta sacar este nuevo álbum, ¿qué ha sucedido a lo largo de esos tres años?
Bueno, en realidad a nivel discográfico las bandas no suelen sacar discos LP con tanta frecuencia; antes, es cierto que los LP se sacaban cada año, año y medio pero ahora ha subido a dos años y medio de media por lo general, así que realmente está en fechas. Aún así, es verdad que hemos prolongado algo la salida del disco por una serie de circunstancias tanto personales como profesionales. Con el disco anterior, “Seres” surgió la ocasión de cerrar la gira en Latinoamérica y es por ello que retrasamos un poco la salida de este último disco. Cuando estábamos a mitad de grabación mi padre falleció, y este acontecimiento dramático partió la grabación en dos… bueno una serie de historias.
De todos modos ¿piensas que el público prefiere un EP de “consumo rápido” a un LP?
El tema de los formatos antes tenía importancia, pero ahora no creo que la tenga. No creo que un EP cale más por ser EP, ni un LP por ser un LP. Pienso que al final la gente consume muy rápido la música, y que tú al final, aunque saques un LP vas a tener que ir haciendo cosas con cada canción.
El hecho de sacar el LP completo, ¿por qué? Pues porque al final, aunque ya la gente, o mucha de ella, ya no se fije en eso, hay un trabajo de universo de discurso; y cuando sacas un LP, lo haces porque todas las canciones tienen una especie de universo común y de momento de reflejar… es como una foto de la banda. Más que contar una historia, es reflejar un momento de la banda, del grupo, y hacerlo en un EP de cuatro canciones es complicado. Por lo menos tienes que tener ocho o nueve temas para ir un poco más allá, para expresar lo que ahora mismo hace la banda, lo que somos, y más ahora que cumplimos diez años y que este es nuestro cuarto LP, con el que hemos hecho algo de compendio, este disco es un resumen general, estilístico, de por dónde hemos pasado y dónde estamos.
Si en “Seres” decíais era un disco reivindicación de vosotros mismos…¿Qué es entonces “Terapia, terapia”?
“Seres” era un disco más de quitar prejuicios. Nosotros éramos una banda que venía de hacer un disco muy rockero, que era el primero, grabado en tres días, en directo, sin nada electrónico, nada. “Esponjas” que fue el segundo, era un disco más electrónico, el sonido evoluciona hacia algo más complejo. Y “Seres” era realmente el disco donde tuvimos tiempo de decir: “Sí, vale, todo esto está muy bien, pero a nosotros lo que nos gustaría poder hacer es todas estas cosas”. Es decir, “Seres” es un poco “árbol de navidad”, tiene canciones incluso hasta latinas, y bueno, es más amplio el abanico. Es un “podríamos llegar a hacer algo de esto, podríamos hacer todas estas cosas. Si hacemos algo
de esto no se asusten, señores”. Es algo que entra dentro de nuestras posibilidades.
Sin embargo este, “Terapia, terapia” es lo que te vas a encontrar si vienes a un concierto, si quieres ver a la banda de verdad, digamos “cara a cara”. Es un poco más real, es verdad.
¿Cuál es la mayor evolución que habéis notado como banda, a nivel sonido y acogida, desde los inicios?
Dentro de la trayectoria hay cosas que se van dando, podemos llevar cerca de 500 bolos dados.
Hemos tocado para dos personas y para 20.000 y todo lo que eso implica.
Tenemos ya un público y hay ciertas canciones que no podemos no tocar, porque cuando hacemos un concierto es parte de su fiesta, no podemos quitárselas.
Lo que a día de hoy sabemos, es lo que mejor y más funciona de cara a la gente, de nuestro rollo; y eso también nos ha ayudado en parte a lo que te digo, a hacer ver ese resumen de “Terapia, terapia”, de presentar lo que es la esencia del grupo, es lo que vosotros habéis hecho también un poco del grupo. Porque no es sólo lo que nosotros hemos hecho. Es una conjunción de todo este tipo, nuestra relación con el público, toda la relación con la música. Al final te lo pasas bien cuando hay esa sinergia, es una cuestión de comunicación. No nos gusta complacer, nos gusta que entiendan lo que queremos decir. Es una evolución cara al entendimiento propio que también hemos experimentado con el entendimiento hacia los demás.
¿Cómo salió el tema “El último verso”?¿Cómo surgió la colaboración de Gabriel de la Rosa de Shinova?
Es una colaboración muy natural, porque somos bandas amigas. Hemos coincidido en muchos festivales como el Sonorama… entonces, al final, llegó un momento a nivel natural donde ya nos habíamos planteado esto. Yo tenía esta canción, que tiene unos tintes muy líricos, y la voz de Gabriel es muy “crooner”, muy profunda. Le pasé la maqueta y la letra y le moló mucho; encontramos un hueco, vino al estudio y lo hicimos. Estoy muy contento de cómo ha quedado.
¿Qué tal está siendo la gira con el nuevo álbum?¿Os siguen pidiendo temas antiguos?¿Se saben los nuevos?
Es curioso. Nosotros ahora mismo estamos terminando la gira “Espíritu Rivera” que nos ha llevado a varias ciudades.
Por ahora en nuestro repertorio durante este verano no vamos a meter mucha historia del disco nuevo porque no tiene sentido. La gente no ha tenido tiempo de asimilarlo.
Pero sí hemos metido los dos adelantos, el “No se apaga” y “El último verso”, y es curioso porque la gente ya ha entrado en esas canciones desde ya, cosa que no nos había pasado en discos anteriores. Por ahora la respuesta está siendo muy directa y muy buena, estamos encantados.
¿Os habéis planteado componer en otro idioma alguna vez?¿En el pasado?
La verdad es que no, porque yo hago las letras y aunque podría componer en inglés el idioma donde me siento más cómodo comunicando es el castellano. Me gusta escribir parecido a cómo hablo, eso me hace entender por qué una canción es más natural que otra, el por qué de sus letras, nunca me he planteado cambiar eso.

¿La digitalización y democratización en las plataformas ha abierto la oportunidad a otros géneros o a que el público decida por sí mismo qué escuchar?
No opino eso en absoluto. Opino lo contrario. Desde que todo está más abierto, en ese sentido, nadie sabe separar el grano de la paja. Entonces hay una oferta muy, muy grande, con lo cual la gente acaba escuchando Avicii o Beyoncé; porque hay tanto que al final mucho es nada.
Antes había un filtro que podías considerar más justo o injusto, eso sí que es verdad, porque era muy difícil para algunas bandas entrar en un circuito empresarial o industrial en la música, porque o entrabas por ahí o no había nada que hacer, y eso no era bueno. Pero esto tampoco porque claro, al final todo el mundo puede grabarse, subir su música, porque hoy día con una tarjeta de sonido, un ordenador y un mínimo de idea de producción te haces una maqueta, y la cuelgas en tu “bandcamp”, incluso pagando dos duros lo metes en Spotify, y digamos que tú ya tienes eso.
Sin embargo, un proyecto musical como el nuestro y como tantos otros, que implica una inversión muy superior, tanto a nivel de hacer un disco como a nivel de hacer una gira, una promoción, y de mil millones de cosas, que no implica que seamos mejores que nadie, que puede llegar a perder valor porque en el mundo 2.0 estamos todos en un mismo saco, cuando no es así. No me parece que esta digitalización ayude muy en concreto.
Sí que es verdad que cuando estás empezando con una banda el hecho de poder colgarlo en internet y que lo vean tus amigos, y alguien que caiga por ahí de casualidad, te da cierta visibilidad. Pero tiene mucho menos encanto que antes.
Me acuerdo cuando hacía maquetas con mi primera banda en los 90s, que íbamos con los cassettes y hacíamos copias “a mano” de los conciertos y la gente nos compraba los cassettes, y aquello tenía un rollo guay y lo hacía único, le daba una pátina de interés que ahora se ha perdido.
Ahora somos archivos. Nuestra música es un archivo, otro más entre el torrente de archivos que tienes en tu disco duro o en tu pendrive.
Para mí hacer un disco es algo más serio, tenemos una responsabilidad con la música, porque me parece que para sacar cualquier cosa, me preguntaría por qué sacar yo música nueva con todo lo que ya hay, salvo que yo trabaje algo especialmente y lo convierta en un producto de interés. O que crea que tenga un interés, y por supuesto, esa es mi opinión. Cada cosa que sacamos al mercado está muy trabajada, tiene mucho trabajo detrás en muchos sentidos, y en el creativo el primero. Mucho trabajo y muchas vueltas, hasta que digamos, creemos en un disco y decimos, “esto, sí”. Vamos a lucharlo para que salga adelante con un sello. Porque hay mucha gente detrás de la producción de un disco y para meterte en esa lucha farragosa, que implica tantas cosas, tienes que creer en la historia.
No es “me grabo una maqueta con mi grupo y la cuelgo en el bandcamp o la digitalizo en Spotify”. No. Va mucho más allá de todo eso. Organizo un espectáculo, directos para una gira de salas, para presentarlo, es un arte, un sonido, son muchos ámbitos: cómo lo produzco, qué intención tengo, y buscas algo.
Y en ese sentido ¿Qué pensáis de la evolución de la música en España en estos últimos años?¿Está lo suficientemente valorada?
Cómo va a estarlo. La gente por lo general no tiene un background musical. Y el que lo tiene muchas veces peca de esnobista: como lo tengo, voy a buscar la cosa más rara que consiga para ser el único que la conoce, y sin embargo no se paran a valorar cosas más comunes pero que están bien hechas. Son cuatro gatos y te tiran balas, porque espero de ti que seas algo único y, bueno, al final lo que deberían valorar es que las cosas se hagan bien, les guste a ellos más o menos.
Y luego, el público generalista, que es el que al final te compra los discos y te va a llenar un concierto, no tiene una cultura musical muy amplia en general, pero bueno, al final todo se basa en “me gusta” o “no me gusta”. No hay una argumentación crítica o a nivel artístico.
¿Piensas que los festivales son una buena plataforma para darse a conocer?
Por supuesto que lo son, pero también tienen un grave problema: cuesta muchos años entrar en un gran circuito de festivales, porque están copados por necesidades de marcas, que pagan dinero y así imponen a ciertos artistas, agencias de management, que tienen sus intercambios y trueques con sus festivales, con lo cual los huecos que te van a quedar son pocos. Así, tienes que conseguir ser interesante para un festival, cosa que te va a costar muchos años y mucho esfuerzo, mucho rular por salas, mucha promoción…
Por supuesto que son buenas plataformas, pero suele pasar que la plataforma llega a ti a posteriori de que tu tengas ya de por sí interés.
¿Cuáles han sido vuestras mayores influencias a la hora de componer las canciones de vuestro último álbum?¿Os sentís personalmente identificados con alguna canción concreto?
¿Influencias compositivas?, cuando componemos, no tenemos presentes a nadie. Empezamos a tocar, vemos algo que nos engancha un poco y después comenzamos a tirar de ese hilo hasta llegar a una canción. No hay intermediarios. Las influencias, por supuesto, están dentro de cada uno, por eso tendemos a hacer canciones pegadizas, porque nos suelen gustar los éxitos, canciones rítmicas, no nos gusta tampoco hacer mucho cosas muy, muy intimistas por ahora. Nos gusta un sonido potente, que haya ritmo. Que en el directo haya mucha energía. Esa es la base de nuestra existencia. Llegar al escenario y marcar la diferencia ahí. Eso es lo que nos ha hecho llegar a donde estamos y nos hace avanzar.
De cara a la poesía, lo mismo te digo. Aunque si es cierto, que soy yo quien escribe las letras y tengo un background familiar, mi padre y mi abuelo eran poetas, y de alguna manera yo supongo que tengo ahí algo consanguíneo, innato, que me lleva a escribir de una manera determinada. De lo que sí huyo, y no digo hacer una letras sencilla, sino simple y sin justificación. Lo que necesito es que la letra funcione, que me funcione a mi. Y después tratamos de conseguir esto en todo.
¿Con qué os quedáis de lo antiguo y con qué de lo nuevo? Y al hilo de esto… ¿qué os ha parecido lo nuevo de Arctic Monkeys?
No creo que haya cambiado nada realmente, seguimos una línea que de momento no penamos romper.
Para mí el último disco en un “truño envasado”. Pero no porque hayan cambiado de rollo, sino porque son malas canciones, ya está. Es que una buena canción da igual que la toques incluso con una flauta travesera, se te queda en la memoria, la entiendes y la haces tuya de alguna manera.
El disco de Arctic Monkeys es como “pongo unas bases de música, me fumo un piti, y me pongo a divagar.”
El problema de la banda es que cuando tu buscas la madurez, corres el riesgo de perder las canciones. Tienes que hacerlo con ellas, llevar un acompañamiento, si cambias tu rollo y montas un nuevo discurso, debes hacerlo con canciones.
Con nosotros, por ejemplo, nunca ha habido un discurso, fuera o dentro del local, sobre lo que somos, sobre cambiar nuestro estilo. Nunca hemos dicho “tenemos que…” o “deberíamos…”, porque nos hemos centrado en una comunicación con el público, donde queremos pasarlo bien sobre el escenario, y vamos a hacer algo que nos haga sentir cómodos tocándolo en directo, y que vaya a hacer al público divertirse. Que llegue al público y a nosotros. A los dos.
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