La banda manchega prepara una nueva etapa junto a su próximo álbum
Acudimos a la Sala Siroco para escuchar su nuevo adelanto, «Diver»
Alondra Galopa acompañó como banda telonera a Fizzy Soup, para mostrarnos su último proyecto, «Ocaso», junto a temas de trabajos anteriores. Tras abrir el concierto en una gira que comenzaron juntos el pasado agosto, daban paso a Fizzy Soup, que llegaba desde Cuenca para entregarse a su público.
La banda volvió a demostrar ante la sala, completamente llena, su gran capacidad para transmitir cada una de sus melodías. Un grupo independiente, complejo de etiquetar, bajo un estilo que realmente les hace únicos, volvía a Madrid para llenar de rock, soul y folk bajo una ácida psicodelia a todos los presentes.
Pequeños matices que muchos ya han podido disfrutar en otros directos con su primer proyecto, «Not So Far», que aterrizaba a nosotros el pasado año. Así, tras pasar por grandes eventos como Sonorama Ribera, DCODE Festival, Festival Gigante, Festival de Les Arts o MadCool Festival llegaban a una Siroco que sólo esperaba verlos explotar. Y efectivamente sí, explotaron hasta prender la sala. Era imposible no bailar y corear junto al público temas como «Longest Nights» o sumergirse entre la oscuridad de «When Tress Come Alive».
La pura energía que Fizzy Soup descargó sobre la sala llegó a su momento culmen junto a «Gravity», primer single y adelanto del próximo disco, que verá la luz el próximo año. Así sucedió también con «No Prayers», donde todos los presentes acompañamos con palmas todo el tema, igual que en la grabación original. Esta, que es una de las bandas emergentes más prometedoras del país, nos realizó toda una demostración de cómo moverse sobre el escenario, una tarima sobre la que también estrenaron «Diver».
Un debut de single muy aceptado por el público, siendo éste un tema muy potente que goza de gran profundidad y reflexión. Enfrentados a una nueva realidad, explican:
«Nacimos como buzos, en un lugar profundo, y allí estuvimos, sumergidos en un mundo extraño, siendo observadores, actuando con cautela».
Y así cautivaron a todos los allí presentes, bajo su universo particular. Unas voces que se empastan hasta crear magia, entre guitarras que coquetean con la psicodelia y una fuerza descomunal en cada tema.